Parece evidente que el hombre primitivo, tras salir de su refugio natural en las cuevas construyó sus primeras casas con materiales leñosos ya que era un material accesible, que no requería apenas elaboración y era ligero.
El carácter nómada de estos hombres propiciaba un tipo de construcción a base de elementos ligeros como ramas o troncos pequeños y rellenos vegetales como grandes hojas, cortezas, musgo, pieles animales,etc.. Este sistema constructivo lo siguen conservando algunos pueblos muy primitivos, como los pigmeos de Zaire.
Cuando el entorno era adecuado y este material vegetal estaba siempre a mano, el hombre cambiaba de lugar hacia la caza y no se llevaba la casa a cuestas, la construía de nuevo. Cuando no era así, debía transportar algunos elementos como las varas de madera, las pieles, etc. Este sistema de transporte se conserva en las yurtas que funcionan por las estepas rusas, Mongolia, etc. (se transporta en camello una trama de madera enrollada y sus cerramientos) y en los tippis de los indios de Norteamérica. Estamos ya hablando de un sistema que se ha demostrado perdurable: el entramado ligero.

casa madera antigua
Cuando el hombre deja la vida nómada y se estabiliza busca materiales de construcción accesibles, ligeros y duraderos. Cuando el entorno es forestal acude a los troncos y empieza a construir muros con hiladas sucesivas de troncos pelados con un ligero rebaje para encajar las hiladas. Rellena las juntas con materiales relativamente impermeables: musgo, cortezas, etc.
Más tarde acude a la brea obtenida por destilación lenta del tronco. Estas primeras casas de troncos eran enormes. Es la cultura de las casas largas, presentes en centroeuropa y norteamérica. Las casas se compartimentaban interiormente con separaciones ligeras de madera y pieles. De estas construcciones, que se siguen haciendo en pueblos un tanto apartados de la civilización, se han encontrado restos arqueológicos milagrosamente conservados intactos en Viskupin (que es conocida como la Pompeya polaca).
La ciudad, con más de 100 casas largas, es del 700 a.C, y se puede visitar con toda normalidad. Las construcciones de troncos han sido y son un sistema que básicamente es el mismo pero que ha sido muy mejorado hasta conseguir unos niveles de confortabilidad muy altos.
Durante la civilización griega y romana se desarrolló en todo el mediterráneo un nuevo tipo constructivo con madera; el sistema de entramado pesado de madera: piezas de mediana sección separadas moderadamente formando muros y forjados a través de ensambles y cuñas y afianzados con riostras diagonales. Los muros se cuajaban de rellenos de distinto tipo: piezas de adobe, trenzados de varillas de madera revestidos de morteros, etc.

Las sucesivas y abusivas cortas de madera para la construcción naval y el consumo de energía junto a la revolución industrial en Europa hicieron menguar notablemente la disponibilidad de madera. Ello, junto al desarrollo del acero para construcción relegaron a la madera a un segundo plano provocando incluso una pérdida del oficio de carpintero de armar.
A mediados del siglo XIX se produce en Norteamérica un desarrollo del entramado ligero de madera. La carrera por la conquista del Oeste favorece el desarrollo de este sistema que emplea una estructura ligera en muros y forjados con separaciones moderadas.
Las casas, en decenas de miles, se construyen en pocos días y resuelven, con materiales normalizados, de montaje simple (madera aserrada, clavos…). Con la llegada de los veteranos de la IIª Guerra Mundial a Norteamémerica el gobierno promueve la construcción de miles de casas de este tipo para acogerlos empleando por primera vez tablero contrachapado. Debido a su éxito,el sistema ha permanecido inalterable hasta nuestros días, con las correspondientes mejoras de materiales ( tableros, aislamientos, impermeabilizantes) y extendiéndose por todo el mundo.
Su principio, evolucionado, es el mismo de la cabaña primitiva. En Europa llega en primer lugar a los países nórdicos. Desde allí llega la información a España. En 1898 Ángel Ganivet (1867-1898), intelectual de la Generación del 98, diplomático en Finlandia, escribe sus Cartas finlandesas que se publicaron en El Defensor de Granada, donde describe con todo detalle las casas de entramado ligero de madera de ese país.
Es probablemente la primera noticia que tienen nuestros compatriotas del sistema de entramado ligero de madera ya que la realidad norteamericana nos es totalmente desconocida en ese momento. En Europa,este tipo de construcción ligera frente a la casa sólida‘de toda la vida’ no se entiende y se considera de baja calidad, de colonos.
Han de pasar años hasta que estos prejuicios se vayan eliminando. Algunos idealistas en nuestro país se atreven a importar casas de este tipo. Normalmente se ven en zonas costeras de veraneo donde se ven como objetos exóticos. Esto ocurre durante los años 20. En estos mismos años el desarrollo cultural y económico centroeuropeo pone en contacto a nuestros compatriotas con el concepto ‘chalet’, construcción alpina en Francia, Alemania, Suiza, Italia a base de troncos.
Se empiezan a construir este tipode casas en España en zonas de montaña. Son minoritarias y para gente acomodada pero han tenido la virtud de ‘quitar el miedo’ a mucha gente sobre este tipo de casas. Durante muchos años es el único contacto yreferencia de los españoles con las casas de madera.
En 1936 el arquitecto Joaquín Vaquero Palacios ( que fue medalla de oro de la arquitectura en 2002), junto con la empresa gallega Lantero e Hijos patentan el sistema VAQLAN. Construcciones de madera desmontables.
Presentan en catálogo un amplio surtido de edificios: iglesias, restaurantes, barracones de viviendas, viviendas de 1, 2 y 3 dormitorios. Es un sistema a base de troncos unidos con tornillos y tuercas. El acabado son dos manos de pintura al aceite. La empresa fracasa por culpa de la Guerra Civil y es el primer intento serio de producir casas en nuestro país.
La reconstrucción que sigue a la posguerra no da cabida a las casas de madera. Ni aquí ni en Europa, se sigue destinando el chalet de madera a la vivienda unifamiliar. Durante los años 50 y 60 continúa la importación de casas nórdicas y canadienses ‘con cuentagotas’ para unos cuantos adelantados o soñadores.